Cultivar la sabiduría del silencio es un método para conservar nuestra energía porque reequilibra nuestro ser y preserva nuestra salud física, emocional y espiritual.
El uso excesivo de la mente a través del diálogo interno y de conversaciones circulares, agotan la energía y nos debilitan.
La mente rechaza el silencio porque el silencio no tiene límites ni forma y no se puede definir. La mente busca conectar con el sonido y el ruido porque activan los pensamientos. La mente evita el silencio porque para el ego el silencio es el sonido donde no ve su reflejo.
Sin embargo, el silencio es el estado natural de todas las cosas y es necesario aprender a respetar esto, comenzando por el interior de nosotros mismos.
Para poder conectar con nuestra sabiduría, es bueno tener períodos de silencio, como lo plantea la sabiduría del Tao.
Esta sabiduría nos hace varías recomendaciones:
1. Habla cuando sea necesario y piensa lo que vas a decir, sé breve y preciso porque cada vez que sale una palabra por tu boca, dejas salir una parte de tu energía. Así aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder tu energía.
2. Nunca hagas promesas que no puedas cumplir y evita usar palabras que proyecten imágenes negativas porque esto producirá a tu alrededor todo lo que has fabricado con las palabras cargadas de esa energía. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor no decir nada.
3. Aprende a ser como un espejo, escucha y refleja la energía.
Aprende a ser como el universo que escucha y refleja la energía sin emociones densas y sin prejuicios. Siendo como un espejo, sin prejuicios, aprendemos a hablar de otra manera. Simplemente permite que exista una comunicación sincera y fluida.
Con la mente tranquila y en silencio, sin darle la oportunidad de imponerse con sus opiniones personales evitamos reacciones y emociones excesivas.
4. Sé humilde, porque cuanto más superior, inteligente y prepotente te muestres, te sentirás más preso de tu propia imagen, viviendo en un mundo de tensión y de ilusiones.
5. Sé discreto, preserva tu vida íntima de la opinión de los demás y lleva una vida tranquila, volviéndote invisible, misterioso, indefinible e insondable como el Tao.
6. No compitas con los demás, vuélvete como la Tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, sus virtudes, y a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego, y crea conflictos inevitablemente. Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.
7. No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada, sin tomar consciencia profundamente de la situación, te puedes crear complicaciones.
Toma un momento de silencio, para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en tu propia sabiduría.
Si realmente hay algo que no sabes o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego, porque le gusta saberlo todo y siempre tener la razón y dar su opinión muy personal.
8. Evita el hecho de juzgar y de criticar. Te puedes hacer un gran favor si evitas caer en juicios. Hay grandes resistencias a ciertas ideas y juicios porque el hombre puede usar su libre albedrío en forma razonable o no. Es complicado razonarlo todo porque hay cosas que no comprendemos en profundidad.
9. Por otra parte, cuando usas tu imaginación en exceso, te ilusionas y ye quedas anhelando y poniendo tue energía en algo mental que deseas mucho. Hay que permitir el descanso, devolver al silencio la imaginación para que luego pueda ser más creativa.
10. El mundo de nuestras emociones también necesita descansar. En un poco tiempo puedes cambiar de sentirte desalentado a animado, rabioso o contento.
Las emociones son el resultado de una experiencia que hay que procesar, para lo cual es necesario restaurar la calma y no excitarlas. Darle un poco de silencio a la emoción es un acto saludable.
11. Otra parte que existe en nosotros es la voluntad de desear y de poseer. El deseo nos orienta hacia afuera pero en el campo profundo de nuestra conciencia poseemos todos los recursos que necesitamos para vivir. por eso, es bueno confiar en silenciar nuestra voluntad.
El silencio sirve para ponernos mas arriba de nuestros deseos momentáneos. Si vivimos presos de nuestros deseos, nos aislamos de nuestro centro, poniendo el locus de control afuera, lo cual nos produce incertidumbre y agitación. El silencio de nuestros deseos nos acerca a nuestro corazón y cuando todas las partes se equilibran surge la intuición.
12. La intuición es una ráfaga de luz que nos guía en el camino. Esta luz sólo se pone en marcha, cuando todo se serena. No siempre logramos lo que queremos desde la voluntad, la intuición es hija del silencio y nos previene. El silencio es el espacio para que se revele esta intuición, es callar para permitir que la vida se dilate y se expanda. La presencia de nuestra sabiduría se intuye desde el silencio
Recuerda que:
El silencio te permite conectar con tu ser esencial.
El ruido de nuestra mente tapa esa fuerza interior, nos divide y desconecta de nuestra fuente.
Eliminar el ruido de la mente a través del mindfulness y la contemplación en el aquí y el ahora nos permite encontrar la confianza y la salud.
Busca diariamente espacios de silencio, porque es donde te puedes conectar con los planos superiores de conciencia.
Disfruta de tu silencio.
María Elena Trujillo Hildebrand. Psicóloga y Astróloga.
