Los tres estados del Yo propuestos por el Análisis Transaccional

 

Según la Asociación Internacional de Análisis Transaccional, “El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y una psicoterapia sistémica para el conocimiento y el cambio personal”.

Es un sistema de psicoterapia individual y grupal de carácter humanista desarrollado por el psiquiatra Eric Berne (1910-1970) cuya aplicación práctica se realiza en la psicoterapia clínica para el desarrollo personal, en el ámbito de la educación y de la empresa.

En 1961 Berne publicó «Análisis Transaccional en Psicoterapia» donde explica su modelo de los Estados del Yo, la teoría de las transacciones y de relación para que comprendamos cómo somos,  pensamos, sentimos y actuamos, configurando nuestro guión de vida.

En 1964 Eric Berne fundó la ITAA (Asociación Internacional de Análisis Transaccional) para seguir profundizando en el desarrollo y aplicación de esta teoría y técnica de trabajo.

Principios filosóficos del análisis transaccional

El Análisis Transaccional, basado en la filosofía humanista, considera que:

Todos estamos bien. Por tanto, tanto tu como yo, somos valiosos, dignos y merecedores de amor en tanto que somos personas. Podemos no estar de acuerdo con lo que la otra persona piensa, hace o siente, pero su esencia como ser humano, queda intacta.

Todo el mundo tiene la capacidad de pensar. Es decir, todos tenemos un potencial y una serie de capacidades y habilidades que nos permiten pensar y tomar nuestras propias decisiones de forma autónoma, con lo cual cada uno es responsable de su propia vida y de su propia felicidad. Por tanto, las personas somos libres. Ni yo dependo de ti ni tú dependes de mi.

Las personas tienen la capacidad de cambiar y  decidir en sus vidas. En principio, todos estamos bien. Pero, en ocasiones, nos sentimos mal y actuamos de tal manera que nos generamos sufrimiento. Esto se debe a que revivimos situaciones de la infancia y reproducimos modelos de conducta aprendidos cuando éramos niños; es decir, actuamos según nuestro Guión de vida, según aquellas primeras decisiones tempranas e inconscientes acerca de nosotros mismos (de nuestra valía), de la de los demás y del mundo que nos hacen tomar decisiones y realizar acciones que nos hacen sentir mal, creando posiciones existenciales basadas en los 3 estados del Yo.

Teoría de la Personalidad

El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y de las relaciones humanas. Proviene del psicoanálisis, se interesa en la parte consciente y preconsciente de nuestra personalidad y nos ofrece un método concreto que nos permite comprender y cambiar lo que vivimos y sentimos en las relaciones con los demás.

Como teoría de la personalidad, el Análisis Transaccional nos proporciona una estructura psicológica de la persona que nos ayuda a comprender cómo funcionamos, cómo actuamos y cómo nos relacionamos e interactuamos entre nosotros, siendo una técnica terapéutica muy eficaz y poderosa para comprender por qué hay personas que cometen sistemáticamente los mismos errores, tienen los mismos problemas y manifiestan los mismos patrones relacionales de conducta.

En este sentido, no es una teoría de la personalidad determinista.

El modelo de los Estados del Yo (PAN)

Berne diferenció tres Estados del Yo que son manifestaciones psicológicas de nuestra personalidad. El modelo P.A.N. del análisis transaccional plantea que nos movemos continuamente entre los 3 estados del Yo, según las circunstancias, la persona que tenemos delante y el tema a tratar.

No hay un estado más positivo o negativo que otro, ya que depende de la situación y de la forma de relación que sea más apropiada para el momento.

Este modelo plantea que la comunicación se basa en la relación ESTÍMULO – RESPUESTA, y que cada estímulo se realiza desde un determinado estado del Yo y espera una respuesta desde otro estado del Yo.

A.T.

Estado del Yo Padre:

Ocurre cuando me comporto, actúo o siento de manera similar a como lo hacían mis padres o figuras de autoridad.

Un ejemplo sería cuando respondo como lo haría mi padre de manera automática o tengo las mismas opiniones sin haberlas cuestionado.

Como hombre puedo reprimir mis sentimientos porque nunca he visto a mi padre llorar. En este sentido, reproduzco una manera de ser y de actuar de mi padre.

El padre puede tener dos posiciones:

  •  Padre Crítico:

Es la figura de las creencias y los límites, de los prejuicios y los valores inamovibles. El padre crítico establece hábitos y formas de actuar desde el “siempre se ha hecho así”.

Esto permite ahorrar tiempo y energía, pero también tiene una cara negativa porque evita la reflexión y el diálogo “se hace así porque yo lo digo”, “eres un inútil”, “todos los hombres son iguales”.

  • Padre Nutritivo:

Es la figura de la protección, del ayudador. En su versión positiva, es el que te acompaña, ayuda, protege, pero en su versión negativa su sobreprotección puede ahogar y no te permite crecer ni desarrollarte por ti mismo. “Déjame ya lo hago yo”, “espera que te ayudo”.

Estado del Yo Adulto:

En el Estado del Yo Adulto me comporto o actúo de manera objetiva, según lo que está sucediendo en el presente y con la información y los recursos de que dispongo. Es el estado de la lógica racional, de la reflexión. Estamos en el Estado del Yo Adulto cuando somos capaces de centrarnos en los hechos para ver cuál es la mejor opción, evaluando los pros y los contras, establecemos objetivos y resolvemos los problemas.

También cuando escuchamos o pedimos información. Este estado es el que regula nuestro Padre y Niño, el que puede tomar consciencia de qué es lo mejor para mí y actuar en consecuencia.

Estado del Yo Niño: En el Estado del Yo Niño, me siento o me comporto como lo hacía cuando era un niño pequeño, reproduciendo patrones conductuales, relacionales y emociones de la infancia. Por ejemplo, cuando una persona adulta siente miedo ante el hecho de hablar en público, está respondiendo desde su Estado del Yo Niño porque podría estar reviviendo una situación en la que se le ridiculizó al tener que exponer la lección ante sus compañeros.

  •  Niño natural:

Es nuestro estado más emocional, divertido, curioso. Espontáneo independientemente de lo que le rodee. En este estado del Yo no nos adaptamos a la autoridad. En su parte más negativa puede ser egoísta y maleducado.

  • Niño adaptado sumiso:

Queremos complacer y ser “muy obedientes”. Lo positivo de este estado están la necesidad de agradar, de evitar enfrentamientos, de hacer las cosas bien,.. en su parte más negativa está la falta de asertividad, no saber decir «no» a lo que no nos conviene, dejarnos pisotear y poner a los demás por delante.

  • Niño adaptado rebelde:

Nos rebelamos ante la autoridad, es la actitud de llevar la contraria, de pasar de todo. En su aspecto positivo puede ser el luchador por una causa justa en contra de la mayoría, en su parte negativa se opondrá a todo y a todos, pudiendo ser destructivo.

Todos poseemos estos 3 estados y cada uno de ellos cumple con una función.

Para tener una personalidad adulta integrada debemos ser conscientes y tener un equilibrio sobre los Estado del Yo que participan en nuestras decisiones sentimientos y acciones.

Si están equilibrados estaremos emocionalmente sanos y estables, pero si alguno de ellos desequilibra al resto, nuestra comunicación y relaciones pueden verse perjudicadas.

Por ejemplo, mi jefe dice: “No me gusta el informe que me has entregado, creo que esta incompleto”

Desde el Padre crítico, podría contestar. “No suelo equivocarme, quizás no lo leíste bien”.

Desde el Yo Adulto diría… “¿Qué es concretamente lo que no te gusta del informe?”

Desde el estado del Yo Niño  sumiso “Lo siento, no sé qué me ha pasado”

Desde el estado del Niño rebelde “Ese es tu problema, yo trabajé mucho y no soy tu esclavo”.

¿Cuál sería tu respuesta?

¿Desde qué perspectiva contestarías a esta pregunta de tu jefe?

¿Qué pasaría si contestaras desde otro de tus estados del Yo?

Estas respuestas son habitualmente automáticas e inconscientes y ante un mismo estímulo tendemos a responder siempre con el mismo tipo de respuesta. Sin embargo al ser conscientes de la situación podemos elegir libremente desde qué estado del Yo quiero relacionarme lo que dará lugar a un escenario diferente al habitual. Al fin y al cabo mi respuesta es el estímulo para la respuesta de mi interlocutor. Desde el momento en que yo la modifico tengo el poder de cambiar el rumbo de la relación.

La solución exitosa a los problemas diarios es realizada desde un Estado del Yo Adulto. Las normas de convivencia que nos permiten vivir en sociedad se viven desde un Estado del Yo Padre y la espontaneidad, creatividad e ilusión propias del Estado del Yo Niño nos permiten disfrutar de la vida.

Talleres terapéuticos de desarrollo personal:

Son talleres donde se potencia la parte adulta de la persona para permitirle desarrollar su autonomía y solucionar los problemas que se le planteen utilizando todos sus recursos.

La finalidad de la terapia nos lleva a desarrollar un Adulto Integrado que reformula el guion de vida en el que se basó en las primeras decisiones que tomó cuando era niño como mecanismo de adaptación y de supervivencia, y que en la actualidad se repiten en forma inconsciente, impidiendo el balance mental y emocional.

Se busca potenciar el estado adulto para rehacer el guión de vida y analizar los juegos psicológicos que lo refuerzan, alcanzando así una integración personal que nos permite propiciar el cambio usando los recursos y estrategias necesarios para decidir nuestra vida como adultos en el aquí y ahora.

Los componentes de la autonomía son la consciencia, la espontaneidad y la intimidad.

Y para adquirir autonomía, la persona revisa todas las creencias, los prejuicios y prohibiciones que ha recibido desde la infancia y que en la etapa adulta ha incorporado de manera inconsciente.

Este proceso de alcanzar la autonomía se llama la redecisión y reparentalización.

La terapia basada en el Análisis Transaccional potencia el Estado del Yo Adulto de la persona para que pueda cambiar desde un nivel consciente, esas decisiones tempranas y salir de su guión de vida haciéndose responsable y participando en su cambio día a día para y conseguir una vida autónoma, equilibrada y feliz.

En la próxima entrega seguiremos hablando sobre el Análisis Transaccional para explicar en qué consisten las posiciones existenciales y el guión de vida .

Saludos,

María Elena Trujillo H.

Sobre el autor del artículo María Elena Trujillo

Soy psicóloga, astróloga y coach. En el proceso e integrado varios enfoques lo cual me permite comprender ciertas experiencias de vida no frecuentes ni comunes para todos. Entiendo que hay diversas formas de ser y de estar en el mundo. Mi propósito es apoyarte y acompañarte en el proceso del descubrimiento de tí mismo, de aceptarte tal cual eres y mostrar cómo usar tus habilidades, capacidades y dones en tu propio beneficio. La meta es que logres conocerte más a tí mismo para desarrollar mayor coherencia, armonía, prosperidad, amor y agradecimiento por la vida.

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