De acuerdo con la psicóloga Elaine Aron, PhD, autora del bestseller The Highly Sensitive Person, aproximadamente el 15-20% de la población puede ser catalogada como personas altamente sensibles (PAS).
Debido a su habilidad para percibir sutilezas que otros no notan, estas personas son más previsivas, creativas, minuciosas y, en ocasiones, se preocupan demasiado.
Actividades como hablar en público, estar en lugares muy concurridos, poner música alta, ver películas violentas, les provocan estrés junto con la necesidad de escaparse de la sobre estimulación para buscar más tranquilidad. No se destacan por sus relaciones públicas pero son grandes lectores y con frecuencia buenos estudiantes.
Intuición bien desarrollada.
Un nivel muy alto de empatía.
Escrupulosidad, previsión.
Creatividad.
Amor por la soledad e introspección.
Habilidad para concentrarse profundamente.
Fuerte armonización de emociones (con las propias y con las de otros).
Tendencia a ser tímidos o a inhibirse en situaciones sociales.
Apreciación de la belleza y búsqueda de la armonía.
Poca tolerancia a las luces, ruidos y olores fuertes, a la desorganización y a la confusión.
Reactividad ante ciertas comidas o estimulantes.
Dificultad para pensar, hablar o a actuar mientras se está siendo observado.
Sensibilidad al cambio y en ocasiones una tendencia a padecer insomnio, ansiedad y depresión.
A veces se interpreta la alta sensibilidad (PAS), como una característica femenina, pero en realidad hay tantos PAS hombres como mujeres. En general el 70% de los PAS son introvertidos, por lo que prefieren tener pocas relaciones, valoran más la calidad que la cantidad de las interacciones y no son amigos de las grandes multitudes. Los introvertidos prestan mucha atención a los detalles y matices, son reflexivos y tienen conversaciones íntimas con los demás, tocando temas complejos y no trivialidades.
Lo que más les molesta es sentirse incomprendidos, defectuosos, menospreciados o débiles.
Es crucial para estas personas encontrar un equilibrio. La sociedad nos presiona para conformarnos, pero las personas altamente sensibles (PAS), muchas veces se enferman y terminan exhaustas por tratar de ser como los demás. Pueden presionarse, caer en estimulación excesiva, tener muchas actividades sociales u ocupaciones que no les favorecen. Por otra parte, también pueden juzgar su sensibilidad como un defecto y buscan protegerse pasando la mayor parte del tiempo aislados, lo cual tampoco es recomendable.
La clave para las PAS es el equilibrio. Buscar una ocupación donde utilicen sus fortalezas dentro de un ambiente que no sea demasiado estimulante. Hacer un esfuerzo por aprender nuevas habilidades, descubrir pasatiempos y establecer amistad con personas que compartan sus intereses son actividades recomendables para su bienestar.
Muchos superdotados son PAS. También parece ser que se enamoran con mayor intensidad que las demás personas.
Los valores son muy importantes para los PAS. Generalmente están convencidos de que hacen lo correcto y muchas veces no entienden a las personas que no sienten igual que ellos, incluso pueden llegar a sentirse un poco superiores en comparación con aquellos que no comparten sus ideas.
Si sus principios y valores no son compartidos pueden sentir mal y tomárselo como una crítica personal. Es posible que hayan sufrido bullying o mobbing por el hecho de ser diferentes y distinguirse del grupo. Usualmente sienten rechazo y desvalorización, ofensa o agresión por parte de personas que tienen otra escala de valores diferentes a la suya.
Como respuesta a esas emociones, es posible que tengan actitudes defensivas y no se den cuenta de ello.
Una persona altamente sensible se vuelve hipersensible cuando vive en una prolongada situación de estrés, lo cual provoca irritación y molestias, baja autoestima y vivencia del mundo como un lugar hostil. Por esta razón es importante atender a la necesidad de poner límites, comer bien y dormir lo suficiente.
Suele costarles mucho marcar distancias y mantenerlas, decir no cuando lo necesita, apagar el móvil, detener al que está invadiendo su espacio y poner límites sin sentirse culpable.
Al no poner límites y estar siempre disponibles para contestar, responder, comentar, acudir o aconsejar, se les dificulta el descanso, estar consigo mismos y conectar con su ser interior. Si hay mucho estrés pueden presentarse ataques de ansiedad o hiperventilación.
Poner límites es necesario para:
Para sanar la saturación mental y emocional se requiere minimizar o reducir el flujo de información sensorial, retirarse del ajetreo, buscar un sitio tranquilo y hacer meditación así como descansar en un espacio con la menor información sensorial posible. Tomar contacto con la naturaleza calma y limpia las esas energías acumuladas. Practicar actividades artísticas como la pintura, tocar un instrumento, practicar tai-chi, chi-kung o bailar es muy recomendable.
Un abrazo,
María Elena
Soy psicóloga, astróloga y coach. En el proceso e integrado varios enfoques lo cual me permite comprender ciertas experiencias de vida no frecuentes ni comunes para todos. Entiendo que hay diversas formas de ser y de estar en el mundo. Mi propósito es apoyarte y acompañarte en el proceso del descubrimiento de tí mismo, de aceptarte tal cual eres y mostrar cómo usar tus habilidades, capacidades y dones en tu propio beneficio. La meta es que logres conocerte más a tí mismo para desarrollar mayor coherencia, armonía, prosperidad, amor y agradecimiento por la vida.