
¿Qué es la maldad?
“La maldad consiste en obrar deliberadamente de una forma que dañe, maltrate, humille, deshumanice, o destruya a personas inocentes, o en hacer uso de la propia autoridad y del poder sintético para alentar o permitir que otros obren así en nuestro nombre” (Zimbardo, 2007).
.¿Porqué una buena persona actúa con maldad?
El hombre no es ni bueno ni malo. Los seres humanos nos vamos transformando en el proceso de la vida a través de la tensión creada por los opuestos concretada en los retos y responsabilidades que asumimos y/o dejamos de asumir.
Nuestras luchas a veces no son escogidas conscientemente pero lo cierto es que vamos cambiando de conducta, estrategias y hasta de sistema de valores dependiendo de con quién nos estamos relacionando.
Asi como piensas, actúas. Lo que siembras hoy será lo que cosecharás mañana.
Si fuésemos creados como personas buenas o malas, la vida no tendría sentido porque no podríamos evolucionar, seríamos como robots dentro de un cuerpo.
Lo que nos hace precisamente humanos es la tensión inherente a la capacidad de elegir y de encontrar soluciones en nuestro proceso evolutivo, como especie y como individuos.
Podemos elegir entre el camino del equilibrio y de la moral o de la regresión y el caos.
El psicólogo social Phillip Zimbardo escribió un libro que titulado “El efecto Lucifer: el porqué de la maldad.”
(Lucifer es un ángel caído que fue el preferido por Dios y que terminó convirtiéndose en Satanás).
El objetivo del investigador fue estudiar la vulnerabilidad humana hacia el lado oscuro y explica que los factores situacionales estresantes y la dinámica de grupo dominante y coercitiva pueden afectar las respuestas de las personas, incrementando la probabilidad de cometer actos malvados y desconectados de su sistema de valores.
En su libro habla sobre el genocidio organizado, las malas prácticas corporativas y la presión social.
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El estudio puso de manifiesto cómo una «buena persona» puede actuar de forma inmoral dependiendo del entorno.
Zimbardo seleccionó a estudiantes sanos psicológicamente pero los resultados de la maldad desatada al asumir sus roles (presos y guardias) lo llevaron a concluir que la fuerza del contexto creada en el ambiente carcelario condujo a que personas pacíficas actuaran con violencia. Entonces se puede considerar que la maldad es un factor disposicional que puede ser activado por situaciones de injusticia, coerción y control.
En el estudio se seleccionaron estudiantes universitarios conocidos por su altruismo y sociabilidad que actuaron en forma sádica al asumir su papel de guardias, siendo las conductas violentas tan irracionales que Zimbardo tuvo que detener el experimento.
También se demostró que las personas en posiciones de poder, no sienten empatía ni comprensión por la situación de las personas mas débiles en ambientes de intenso estrés. De esta manera se van creando dos bandos que se enfrentan de acuerdo con su cuota de poder, los presos porque están privados de su libertad y controlados por los guardias y los guardias porque se sienten con derecho a maltratar y pisotear los derechos humanos de los presos.
El efecto Lucifer puede darse en cualquier contexto cotidiano sin existir un trastorno o un pasado traumático, ya que la influencia más poderosa es el factor ambiental y situacional.
En conclusión, el efecto Lucifer es un fenómeno de transformación social negativa por el cual una persona sana, se convierte en un individuo violento debido a la presión del ambiente. Los eventos estresantes, las reglas externas y la necesidad de controlar la situación hacen que actúen en forma contraria a sus valores, justificando lo injustificable.
Los procesos psicológicos que se asocian con el efecto Lucifer son:
1. La obediencia a la autoridad, de Stanley Milgram: Hace referencia al fenómeno común en los colectivos de jerarquía militar o policial donde una buena parte de sus integrantes son capaces de cometer actos violentos si vienen justificados u ordenados por personas de mayor cargo.
2. La conformidad al grupo de Solomon Asch: Esta teoría afirma que la presión de un entorno determinado, impulsa a los miembros que lo conforman a realizar conductas que pueden ir en contra de sus valores con tal de conseguir ser aceptados.
3. La desconexión moral de Albert Bandura: Sucede en personas que tienen determinados códigos morales y sistemas de valores que cambian según las experiencias, compañías y el entorno que los rodea.
El efecto Lucifer muestra como una persona comienza poco a poco a hacer actos contrarios a sus valores sin ser consciente de ello. Aparecen mecanismos de defensa como la proyección, la intelectualización y la racionalización que justifican a nivel inconsciente comportamientos opuestos a los habituales.
Este proceso se intensifica cuando una persona es forzada a adaptarse al medio y no realiza el debido análisis y la reflexión que la lleva a actuar en forma contraria a sus principios.
Lo que antes era moralmente inaceptable después de este proceso se considera como funcionalmente correcto.
El doctor Zimbardo explica en su libro que el proceso de deshumanización a veces es inevitable porque los los factores situacionales, las dinámicas sociales de un contexto en concreto y la presión psicológica pueden hacer que se distorsione el concepto de lo que está bien y lo que está mal.
Sin embargo nunca es tarde para iluminar esa parte de nuestra psique que opera en la sombra realizando los siguientes procesos:

1. Practicar la reflexión y el análisis.
2. Establecer la conexión interna donde se puede ir a la raíz y entender cómo, para protegernos de algún sufrimiento real o imaginario, comenzamos a aceptar como normales actitudes y comportamientos que no son acordes con lo que haríamos en una situación normal.
3. Tomar la decisión de cambiar con determinación.
4. Poner límites como estrategia para salir del contexto dañino.
El lado negativo de una situación puede contrarrestarse con determinación estableciendo límites en la exposición de ambientes tóxicos. Con esa distancia podremos revisar con más calma si nuestras acciones apoyan nuestro sistema de valores y cómo la presión de grupo puede estarnos influyendo.
5. Preservar la Integridad personal: No olvides quién eres y recuerda que tus acciones revelan tus valores. En la medida en que actúes con más integridad lograrás estar en paz contigo mismo y con el mundo.
Saludos,
Maria Elena Trujillo H.